Actualmente podemos distinguir dos niveles en la ética: la de mínimos y la de máximos.
Los máximos son los ideales de vida buena, los modelos de excelencia que cada persona considera como más perfectos y los que aspira. Ocurre que estos modelos de perfección tienen un caracter individual en el sentido en que no se pueden exigir a todo el mundo ya que no todos compartimos la misma jerarquía de valores.
Sin embargo, la ética de mínimos está formada por los elementos básicos en los que todos podemos estar de acuerdo y que posibilitan la convivencia y la tolerancia.
Es el nivel de mínimos el que asegura el respeto y la vida democrática.
miércoles, 13 de enero de 2010
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